El techo es una superficie compleja de pintar ya que requiere de un gran esfuerzo físico para dominar el rodillo. Por lo que seguramente es la que nos puede llevar más dolores de cabeza y por supuesto de cuello. Por eso os vamos a facilitar cuatro puntos clave:
1.- Los preliminares
- Lo primero es retirar los muebles al centro de la habitación y cubrirlos con plástico y así evitaremos tener que limpiar restos secos de pintura al acabar de pintar. Ten en cuenta que cuando apliques la pintura necesitarás espacio para recorrer la habitación así que prevé disponer los muebles dejando este espacio.
- Cepilla la pared para quitar el polvo, por ejemplo con una mopa atrapa-polvo
- Para no manchar las lámparas recomendamos quitar su paret visible o sus embellecedores. Aunque las protejas con la cinta siempre puede escaparse parte de pintura.
2.- Las herramientas adecuadas
Para recortar las esquinas necesitarás una escalera y una brocha acabada en punta y para pintar toda la zona es imprescindible un alargador extensible que te permita trabajar cómodamente desde el suelo.
3.- Sujeción correcta
El alargo deberá tener una longitud que nos permita trabajar cómodamente sin estirar demasiado el brazo y evitar acabar con los hombros doloridos. Siempre pintaremos sujetando el alargo lateralmente (de derecha a izquierda y de izquierda a derecha) evitando el movimiento forzado del cuello y acompáñate con el cuerpo, apoyando la pierna derecha cuando el rodillo esté a la derecha e igual a la izquierda, como si bailaras.
Importante: debemos pintar con el cuerpo ligeramente desplazado del centro del rodillo para evitar que nos caiga la pintura en la cara. De todos modos si es tu primera vez recomendamos usar gafas de protección y gorro.
4.- ¡A pintar!
Aplicarás con el rodillo de derecha a izquierda y viceversa yendo hacia atrás. Ve pintando por calles empezando desde la esquina de la ventana y yendo hacia atrás. Pinta por zonas hasta que se termine la pintura y al recargar aplica en la zona contigua sin pintar y une con lo ya pintado. Cuando te quedes sin pintura peina toda la zona pasando el rodillo sin apretar para eliminar marcas. No empieces a pintar desde el medio de la sala ya que te quedarán marcas. Solapar la segunda calle en la primera para unificar. Repite la segunda mano.
